#墨西哥国际新闻 ##拉美国际新闻 ##每日墨西哥头条#【México y Argentina negocian una estrategia común ante la Cumbre de las Américas 】"Alberto Fernández demora la decisión sobre su presencia en el cónclave de Los Ángeles mientras López Obrador defiende que hable en nombre de la CELAC.
exicano, Andrés Manuel López Obrador y su homólogo argentino, Alberto Fernández, en una conferencia de prensa en Ciudad de México, en febrero de 2021.ALFREDO ESTRELLA (AFP)
La lista de invitados de la próxima Cumbre de la Américas ha enredado a Estados Unidos, el anfitrión, en un pulso diplomático aún irresuelto con Argentina y México. La decisión de la Casa Blanca de dejar fuera a Venezuela, Cuba y Nicaragua, países a los que acusa de violar sistemáticamente los derechos humanos, unió en una misma queja a los dos extremos del continente cuando falta una semana para la celebración del cónclave. El mexicano Andrés Manuel López Obrador ya avisó que si no hay un gesto de Washington no estará en Los Ángeles el próximo 6 de junio. El argentino Alberto Fernández también demora su decisión, mientras negocia con México una estrategia común ante la cita regional.
Las idas y vueltas entre Buenos Aires y Ciudad de México pueden reconstruirse a partir de gestos y declaraciones, evidencia de que no hay nada decidido. Fuentes del Gobierno argentino indicaron este jueves que “habrá presencia argentina” en la cumbre, pero sin más detalles. “Argentina estará presente. El canciller [Santiago Cafiero] estará presente, y el presidente está definiendo si asistirá. Aún no tomó la decisión”, dijeron a este periódico. Fernández está jugando con su condición de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde Venezuela, Cuba y Nicaragua tienen voz y voto. Se especuló con realizar una cumbre paralela a la convocada en Los Ángeles, pero la idea quedó rápidamente descartada. Solo resolver los visados de los eventuales invitados de la CELAC sería un problema sin solución. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no puede entrar a territorio estadounidense sin ser detenido, al igual que Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y esposa de Ortega.
Estados Unidos ha dado al encuentro una relevancia especial, a contramano del desapego diplomático que mostró la Administración de Donald Trump hacia la región. El jueves de la semana pasada, el asesor especial del presidente Joe Biden para la Cumbre de las Américas, el exsenador demócrata Christopher Dodd, se reunió durante más de dos horas con Fernández en Buenos Aires. Dodd también visitó al brasileño Jair Bolsonaro, al chileno Gabriel Boric y al uruguayo Luis Lacalle Pou. Regresó a Washington con la seguridad de que los tres últimos estarán en la Cumbre, pero poco se llevó de Fernández.
Al término de aquel encuentro, el argentino llamó por teléfono a su homólogo mexicano, que también había mantenido una reunión virtual con Dodd días antes. El mismo López Obrador reveló al día siguiente la existencia de la charla y el fin de semana dio más detalles sobre su contenido durante una visita al Estado de Sinaloa. “Platicamos acerca la asistencia a la cumbre. Entonces, me hizo una consulta, hablamos del tema y hay un acuerdo, pero no de hacer una cumbre paralela en EE UU, no. [El acuerdo] es este: que en caso de que no se acepte invitar a todos los países, él, como presidente de CELAC hable de que no estamos de acuerdo con las exclusiones”, afirmó en declaraciones a Radio Fórmula.
Si este esquema finalmente cristaliza, Alberto Fernández viajará a Estados Unidos y llevará la queja de los ausentes, especialmente críticos no solo con Washington sino también con la Organización de los Estados Americanos (OEA), que a través de una secretaría técnica acompaña la organización del encuentro regional. Maduro ya celebró esa posibilidad. “Su voz firme será una de las voces más poderosas para cuestionar la exclusión y el intento de división de América Latina y el Caribe ¡Todo nuestro apoyo!”, escribió el líder chavista en Twitter el viernes pasado desde La Habana, donde se celebraba una cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
López Obrador tampoco ha definido oficialmente su participación en la cita, pero sí ha dejado claro que no acudirá si la Casa Blanca no invita a todos los Gobiernos del continente como ya han adelantado varios altos funcionarios estadounidenses. El mandatario mexicano, no obstante, pidió una respuesta formal a Joe Biden y el lunes recordó que aún no tiene constancia de una respuesta. Lo atribuyó a la matanza de Uvalde, en Texas, aunque no cerró la puerta a esa posibilidad. “Yo creo que por esta circunstancia el presidente Biden no ha podido darnos una respuesta. Pero hay tiempo, y le tenemos a él confianza y vamos a esperar [...]. Yo creo que se va a tomar en cuenta nuestro planteamiento. Repito, el presidente Biden es una persona de buenos sentimientos, de avanzada”, manifestó.
En todo caso, México estará representado por una delegación encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. El canciller ha multiplicado en las últimas semanas los contactos con el secretario de Estado, Antony Blinken, con el embajador estadounidense, Ken Salazar y parte de su equipo lleva semanas afinando los detalles de la agenda conjunta con Washington. El país vecino está especialmente interesado en alcanzar acuerdos previos en materia económica, migratoria, sanitaria y de seguridad para poder defender en la cumbre una posición conjunta de América del Norte. El Gobierno de López Obrador no está en condiciones de obviar determinadas peticiones de Estados Unidos, del que depende su estabilidad financiera. Pero al mismo tiempo quiere mirar hacia el sur y el presidente hasta planteó la discusión de un nuevo orden regional alternativo a la OEA. México, en definitiva, hace equilibrios ante la Cumbre de las Américas. Con estas premisas, la semana pasada Ebrard abordó la celebración del cónclave con el canciller argentino, Santiago Cafiero.
Este jueves es probable que también la Casa Blanca dé un paso más en su definición sobre el encuentro. El asesor de Biden para el hemisferio occidental, Juan González, y el subsecretario de Estado Brian Nichols tienen prevista una teleconferencia con medios de comunicación. Nichols declaró a EL PAÍS hace tres semanas que no le parecía conveniente la inclusión de países “que no respetan la democracia”, en referencia a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Mientras tanto, la reunión de Los Ángeles ha anticipado las tensiones que marcan el clima geopolítico de América."
exicano, Andrés Manuel López Obrador y su homólogo argentino, Alberto Fernández, en una conferencia de prensa en Ciudad de México, en febrero de 2021.ALFREDO ESTRELLA (AFP)
La lista de invitados de la próxima Cumbre de la Américas ha enredado a Estados Unidos, el anfitrión, en un pulso diplomático aún irresuelto con Argentina y México. La decisión de la Casa Blanca de dejar fuera a Venezuela, Cuba y Nicaragua, países a los que acusa de violar sistemáticamente los derechos humanos, unió en una misma queja a los dos extremos del continente cuando falta una semana para la celebración del cónclave. El mexicano Andrés Manuel López Obrador ya avisó que si no hay un gesto de Washington no estará en Los Ángeles el próximo 6 de junio. El argentino Alberto Fernández también demora su decisión, mientras negocia con México una estrategia común ante la cita regional.
Las idas y vueltas entre Buenos Aires y Ciudad de México pueden reconstruirse a partir de gestos y declaraciones, evidencia de que no hay nada decidido. Fuentes del Gobierno argentino indicaron este jueves que “habrá presencia argentina” en la cumbre, pero sin más detalles. “Argentina estará presente. El canciller [Santiago Cafiero] estará presente, y el presidente está definiendo si asistirá. Aún no tomó la decisión”, dijeron a este periódico. Fernández está jugando con su condición de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde Venezuela, Cuba y Nicaragua tienen voz y voto. Se especuló con realizar una cumbre paralela a la convocada en Los Ángeles, pero la idea quedó rápidamente descartada. Solo resolver los visados de los eventuales invitados de la CELAC sería un problema sin solución. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no puede entrar a territorio estadounidense sin ser detenido, al igual que Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y esposa de Ortega.
Estados Unidos ha dado al encuentro una relevancia especial, a contramano del desapego diplomático que mostró la Administración de Donald Trump hacia la región. El jueves de la semana pasada, el asesor especial del presidente Joe Biden para la Cumbre de las Américas, el exsenador demócrata Christopher Dodd, se reunió durante más de dos horas con Fernández en Buenos Aires. Dodd también visitó al brasileño Jair Bolsonaro, al chileno Gabriel Boric y al uruguayo Luis Lacalle Pou. Regresó a Washington con la seguridad de que los tres últimos estarán en la Cumbre, pero poco se llevó de Fernández.
Al término de aquel encuentro, el argentino llamó por teléfono a su homólogo mexicano, que también había mantenido una reunión virtual con Dodd días antes. El mismo López Obrador reveló al día siguiente la existencia de la charla y el fin de semana dio más detalles sobre su contenido durante una visita al Estado de Sinaloa. “Platicamos acerca la asistencia a la cumbre. Entonces, me hizo una consulta, hablamos del tema y hay un acuerdo, pero no de hacer una cumbre paralela en EE UU, no. [El acuerdo] es este: que en caso de que no se acepte invitar a todos los países, él, como presidente de CELAC hable de que no estamos de acuerdo con las exclusiones”, afirmó en declaraciones a Radio Fórmula.
Si este esquema finalmente cristaliza, Alberto Fernández viajará a Estados Unidos y llevará la queja de los ausentes, especialmente críticos no solo con Washington sino también con la Organización de los Estados Americanos (OEA), que a través de una secretaría técnica acompaña la organización del encuentro regional. Maduro ya celebró esa posibilidad. “Su voz firme será una de las voces más poderosas para cuestionar la exclusión y el intento de división de América Latina y el Caribe ¡Todo nuestro apoyo!”, escribió el líder chavista en Twitter el viernes pasado desde La Habana, donde se celebraba una cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
López Obrador tampoco ha definido oficialmente su participación en la cita, pero sí ha dejado claro que no acudirá si la Casa Blanca no invita a todos los Gobiernos del continente como ya han adelantado varios altos funcionarios estadounidenses. El mandatario mexicano, no obstante, pidió una respuesta formal a Joe Biden y el lunes recordó que aún no tiene constancia de una respuesta. Lo atribuyó a la matanza de Uvalde, en Texas, aunque no cerró la puerta a esa posibilidad. “Yo creo que por esta circunstancia el presidente Biden no ha podido darnos una respuesta. Pero hay tiempo, y le tenemos a él confianza y vamos a esperar [...]. Yo creo que se va a tomar en cuenta nuestro planteamiento. Repito, el presidente Biden es una persona de buenos sentimientos, de avanzada”, manifestó.
En todo caso, México estará representado por una delegación encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. El canciller ha multiplicado en las últimas semanas los contactos con el secretario de Estado, Antony Blinken, con el embajador estadounidense, Ken Salazar y parte de su equipo lleva semanas afinando los detalles de la agenda conjunta con Washington. El país vecino está especialmente interesado en alcanzar acuerdos previos en materia económica, migratoria, sanitaria y de seguridad para poder defender en la cumbre una posición conjunta de América del Norte. El Gobierno de López Obrador no está en condiciones de obviar determinadas peticiones de Estados Unidos, del que depende su estabilidad financiera. Pero al mismo tiempo quiere mirar hacia el sur y el presidente hasta planteó la discusión de un nuevo orden regional alternativo a la OEA. México, en definitiva, hace equilibrios ante la Cumbre de las Américas. Con estas premisas, la semana pasada Ebrard abordó la celebración del cónclave con el canciller argentino, Santiago Cafiero.
Este jueves es probable que también la Casa Blanca dé un paso más en su definición sobre el encuentro. El asesor de Biden para el hemisferio occidental, Juan González, y el subsecretario de Estado Brian Nichols tienen prevista una teleconferencia con medios de comunicación. Nichols declaró a EL PAÍS hace tres semanas que no le parecía conveniente la inclusión de países “que no respetan la democracia”, en referencia a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Mientras tanto, la reunión de Los Ángeles ha anticipado las tensiones que marcan el clima geopolítico de América."
220515 Omar Ayuso更新。宝宝新电影MATERNAR片场照。电影会在南部拍摄至5月底。
「Comienza en Sevilla el rodaje de la película MATERNAR, protagonizada por Omar Ayuso, Julia de Castro, Manuel de Blas y Chacha Huang.
Escrita y dirigida por Julia de Castro y María Gisele Royo, se trata de una Opera Prima que germinó durante la residencia artística en Roma que las dos obtuvieron en el año 2018.
El film homenajea a una de las películas más desconocidas del cine español: CORRIDAS DE ALEGRÍA (Gonzalo García Pelayo, 1982). Cuarenta años después y con una mirada femenina, Julia y María ruedan en este momento una Road Movie donde los coches clásicos, las aplicaciones de encuentros y la maternidad se erigen como argumentos clave ante una madurez inminente y la gran pregunta ¿Ser o no ser madre?.
Producida por Jur & Jur productions, Esperpento Films y Paola Alvarez FilmProduktion esta película se rodará en el sur hasta finales de mayo.
Las colaboraciones musicales de Miguelito García (Derby´s Motoretas Burrito Cachimba), Leonor Leal o Álvaro Romero se suman a un reparto que quedará retratado en formato cine, ya que la película se rodará en Súper 16mm por el director de foto Ilton K. do Rosario.
La dirección de producción es de Araceli Carrero. La dirección de arte corre a cargo de Sofía Alazraki y el montaje al de Paola Álvarez y Sergio Jiménez. El sonido es de Joaquín Pachón y José Tomé, el jefe de vestuario es Guillem Chanza y el de maquillaje y peluquería, Lucas Margarit.
fotografías de @/felipe_huertas_」
「Comienza en Sevilla el rodaje de la película MATERNAR, protagonizada por Omar Ayuso, Julia de Castro, Manuel de Blas y Chacha Huang.
Escrita y dirigida por Julia de Castro y María Gisele Royo, se trata de una Opera Prima que germinó durante la residencia artística en Roma que las dos obtuvieron en el año 2018.
El film homenajea a una de las películas más desconocidas del cine español: CORRIDAS DE ALEGRÍA (Gonzalo García Pelayo, 1982). Cuarenta años después y con una mirada femenina, Julia y María ruedan en este momento una Road Movie donde los coches clásicos, las aplicaciones de encuentros y la maternidad se erigen como argumentos clave ante una madurez inminente y la gran pregunta ¿Ser o no ser madre?.
Producida por Jur & Jur productions, Esperpento Films y Paola Alvarez FilmProduktion esta película se rodará en el sur hasta finales de mayo.
Las colaboraciones musicales de Miguelito García (Derby´s Motoretas Burrito Cachimba), Leonor Leal o Álvaro Romero se suman a un reparto que quedará retratado en formato cine, ya que la película se rodará en Súper 16mm por el director de foto Ilton K. do Rosario.
La dirección de producción es de Araceli Carrero. La dirección de arte corre a cargo de Sofía Alazraki y el montaje al de Paola Álvarez y Sergio Jiménez. El sonido es de Joaquín Pachón y José Tomé, el jefe de vestuario es Guillem Chanza y el de maquillaje y peluquería, Lucas Margarit.
fotografías de @/felipe_huertas_」
#墨西哥文学##拉美文学##每日墨西哥头条#【Los pasos de Ryszard Kapuscinski por México】"La documentalista polaca Ela Chrzanowska rescata las huellas y la influencia que dejó el autor de ‘La guerra del fútbol’ en su paso por México. Éxodos intercontinentales, personas desaparecidas, constantes ataques a la prensa, guerras que no dan tregua entre los tantos bandos del narco. Son solo algunos escenarios del absurdo paisaje mexicano en los que sin duda estaría interesado el periodista polaco Ryszard Kapuscinski (1932-2007). De estar vivo el corresponsal, que hizo de México base y bisagra hacia Centroamérica, seguramente desearía dividirse para poder cubrir el maremágnum de eventos que suceden en tiempo real dentro y fuera de México. La invasión de Rusia en Ucrania, la crisis política en Haití derivada del magnicidio de Jovenel Moïse, la insinuación del despertar de viejos bloques y regímenes políticos alrededor del globo. Caos. Su único fin —dirá el propio Kapuscinski—, darle voz a quien no la tiene. A inicios de este marzo, el cronista, que gustaba del fútbol, la poesía, el baile y el tequila, habría cumplido noventa años.
La casa de Ela Chrzanowska está a unos pasos de donde Kapuscinski solía vivir en Varsovia. Cuenta que cuando pasaba junto a él, camino a la escuela, apenas tenía el valor de decirle “Buenos días”. Entonces era una adolescente tímida y un poco desorientada. No entraba a la clase de Física por leer las historias que su vecino había recogido de África, Asia y América Latina. Los viajes de aquel Heródoto moderno inspiraron a la joven Chrzanowska a emprender los suyos. México —un destino que el periodista tocó entre la década de los años sesenta y setenta—, fue un encuentro con lo otro que la hoy documentalista Ela Chrzanowska consiguió por primera vez en 2007, cuando llegó por un evento de Amnistía Internacional en donde era voluntaria. Describe aquel hallazgo como “un amor a primera vista”. Casi una década después, luego de viajes subsecuentes y en un “intento por unir estos dos mundos”, Chrzanowska realizó el documental Los ríos. Viaje a México con el maestro Kapuscinski (2016), recientemente revivido y presentado en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en las salas del Instituto Cervantes de Varsovia, a propósito del aniversario de natalicio del reportero polaco.
Los ríos…, disponible desde hace unos días en YouTube, reúne las voces de quienes fueran alumnos, amigos y conocidos del periodista en su paso por México, (cuando habitaba un departamento en la intersección de las calles Río Lerma y Río Amazonas, en la colonia Cuauhtémoc, en Ciudad de México). Este audiovisual muestra la unión de épocas, “o quizá de las sensibilidades de dos personas: una que ya no está presente, pero dejó sus observaciones, y otra que soy yo, que tiene su propia mirada”, apostilla Ela Chrzanowska en entrevista con EL PAÍS. “Yo no estaba buscando cosas sensacionales, como ahora se hacen algunas biografías en donde siempre se tocan temas muy personales, poco amables. Mi interés fue hablar más desde mi pasado, digamos desde mi adolescencia, cuando descubrí los reportajes y los libros de Kapuscinski, y me hicieron querer ser documentalista o dedicarme al cine. También fue como un camino con el historiador —que de formación lo fue— desde mi secundaria hasta México”.
Del director del semanario Proceso, Jorge Carrasco Araizaga, obtuvo algunos contactos que fueron parte del taller de periodismo que Kapuscinski impartió en la Fundación Gabo en 2001. El mapa se fue dibujando al paso, “mediante los recuerdos de los demás; siempre es como una cadena: hablas con una persona y esa persona te lleva a otra y a otra. Y así empezó el viaje”, relata la autora. En el documental, el periodista Leonardo Kourchenko, lo recuerda como “un hombre extremadamente sencillo; podías hablar con él. Tenía una mirada profunda… no hablaba mucho”. Según Chrzanowska, esta memoria se repetía en todas las entrevistas. “Me hizo sentir que lo que dice en su libro Los cínicos no sirven para este oficio es verdad. Porque hay muchos periodistas e intelectuales que escriben cosas que sugieren crear empatía con la gente, pero luego los conoces en persona y son muy mamones”, afirma.
“Para mí fue una guía. El asunto de la humildad y de ser buena persona para mí es de las cosas básicas del oficio; y el de estar con los que nadie ve”, sostiene la periodista Marcela Turati Muñoz, quien fuera alumna del taller del escritor polaco. Kapuscinski, autor de títulos como El imperio (2006), Encuentro con el otro (2007) y Ébano (2008), expone en sus reportajes formas del trato humano que no deberían tener vigencia. Por momentos parece que su labor periodística responde más a lo que se haría en ciertas disciplinas de las ciencias sociales, como la antropología o la etnografía. Hace del periodismo un método de acercamiento, de encuentro y de empatía, que sirve a otras asignaturas fuera del periodismo. “Me enseñó muchas cosas. Sé que una de ellas fue: sé humilde. Si no eres humilde, no sirve”, comenta Alejandro Almazán, autor de reportajes como Gumaro de Dios, el caníbal (2007) o Crónicas inexplicables (2013).
“Yo tengo todos los libros de Kapuscinski, en la letra K”, dice sonriente la narradora mexicana Elena Poniatowska, quien cuenta en Los ríos… la enorme admiración que tuvo por el periodista polaco. Habla de los viajes que el corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa (PAP) hizo por Centroamérica y del libro que resultó de aquellas andanzas: La guerra del fútbol (1978). En el clima de guerra emprendida por Vladimir Putin en territorio ucranio, algunos pasajes de ese libro son valederos y necesarios. Expone de algún modo cómo la indiferencia es una enemiga oculta, pero muy peligrosa: “Una persona se sienta a comer y ve la televisión: en la pantalla torbellinos de tierra saltan por los aires, corte, orugas de un tanque en marcha, corte, soldados cayendo y retorciéndose de dolor, y el espectador tuerce el gesto y maldice furioso porque, distraído, ha puesto demasiada sal en la sopa.” La escuela que dejó Ryszard Kapuscinski México pretendía combatir aquella apatía de maneras activas. “Somos como corresponsales de guerra en nuestra tierra y hay una urgencia de que los demás se salven y de que el silencio no avance. Una lucha contra el silencio”, sentencia Marcela Turati.
Los textos de Kapuscinski pueden leerse esta tarde como si hubiesen sido escritos en las fauces de una guerra esta mañana. Escribía como a sabiendas de que la realidad es cíclica, acaso perenne. Como si la historia no avanzara. José María Pérez Gay dijo una vez que el periodista “puede y debe ser el escritor del siglo. La verdadera actualidad no se limita a 24 horas, no se circunscribe al día sino al tiempo. No entiendo por qué un fino sentido del presente debe impedir la eternidad”. “El polaco” —como lo llamaban sus vecinos en México— mucho sabía de esto." https://t.cn/R2WxsX5
La casa de Ela Chrzanowska está a unos pasos de donde Kapuscinski solía vivir en Varsovia. Cuenta que cuando pasaba junto a él, camino a la escuela, apenas tenía el valor de decirle “Buenos días”. Entonces era una adolescente tímida y un poco desorientada. No entraba a la clase de Física por leer las historias que su vecino había recogido de África, Asia y América Latina. Los viajes de aquel Heródoto moderno inspiraron a la joven Chrzanowska a emprender los suyos. México —un destino que el periodista tocó entre la década de los años sesenta y setenta—, fue un encuentro con lo otro que la hoy documentalista Ela Chrzanowska consiguió por primera vez en 2007, cuando llegó por un evento de Amnistía Internacional en donde era voluntaria. Describe aquel hallazgo como “un amor a primera vista”. Casi una década después, luego de viajes subsecuentes y en un “intento por unir estos dos mundos”, Chrzanowska realizó el documental Los ríos. Viaje a México con el maestro Kapuscinski (2016), recientemente revivido y presentado en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en las salas del Instituto Cervantes de Varsovia, a propósito del aniversario de natalicio del reportero polaco.
Los ríos…, disponible desde hace unos días en YouTube, reúne las voces de quienes fueran alumnos, amigos y conocidos del periodista en su paso por México, (cuando habitaba un departamento en la intersección de las calles Río Lerma y Río Amazonas, en la colonia Cuauhtémoc, en Ciudad de México). Este audiovisual muestra la unión de épocas, “o quizá de las sensibilidades de dos personas: una que ya no está presente, pero dejó sus observaciones, y otra que soy yo, que tiene su propia mirada”, apostilla Ela Chrzanowska en entrevista con EL PAÍS. “Yo no estaba buscando cosas sensacionales, como ahora se hacen algunas biografías en donde siempre se tocan temas muy personales, poco amables. Mi interés fue hablar más desde mi pasado, digamos desde mi adolescencia, cuando descubrí los reportajes y los libros de Kapuscinski, y me hicieron querer ser documentalista o dedicarme al cine. También fue como un camino con el historiador —que de formación lo fue— desde mi secundaria hasta México”.
Del director del semanario Proceso, Jorge Carrasco Araizaga, obtuvo algunos contactos que fueron parte del taller de periodismo que Kapuscinski impartió en la Fundación Gabo en 2001. El mapa se fue dibujando al paso, “mediante los recuerdos de los demás; siempre es como una cadena: hablas con una persona y esa persona te lleva a otra y a otra. Y así empezó el viaje”, relata la autora. En el documental, el periodista Leonardo Kourchenko, lo recuerda como “un hombre extremadamente sencillo; podías hablar con él. Tenía una mirada profunda… no hablaba mucho”. Según Chrzanowska, esta memoria se repetía en todas las entrevistas. “Me hizo sentir que lo que dice en su libro Los cínicos no sirven para este oficio es verdad. Porque hay muchos periodistas e intelectuales que escriben cosas que sugieren crear empatía con la gente, pero luego los conoces en persona y son muy mamones”, afirma.
“Para mí fue una guía. El asunto de la humildad y de ser buena persona para mí es de las cosas básicas del oficio; y el de estar con los que nadie ve”, sostiene la periodista Marcela Turati Muñoz, quien fuera alumna del taller del escritor polaco. Kapuscinski, autor de títulos como El imperio (2006), Encuentro con el otro (2007) y Ébano (2008), expone en sus reportajes formas del trato humano que no deberían tener vigencia. Por momentos parece que su labor periodística responde más a lo que se haría en ciertas disciplinas de las ciencias sociales, como la antropología o la etnografía. Hace del periodismo un método de acercamiento, de encuentro y de empatía, que sirve a otras asignaturas fuera del periodismo. “Me enseñó muchas cosas. Sé que una de ellas fue: sé humilde. Si no eres humilde, no sirve”, comenta Alejandro Almazán, autor de reportajes como Gumaro de Dios, el caníbal (2007) o Crónicas inexplicables (2013).
“Yo tengo todos los libros de Kapuscinski, en la letra K”, dice sonriente la narradora mexicana Elena Poniatowska, quien cuenta en Los ríos… la enorme admiración que tuvo por el periodista polaco. Habla de los viajes que el corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa (PAP) hizo por Centroamérica y del libro que resultó de aquellas andanzas: La guerra del fútbol (1978). En el clima de guerra emprendida por Vladimir Putin en territorio ucranio, algunos pasajes de ese libro son valederos y necesarios. Expone de algún modo cómo la indiferencia es una enemiga oculta, pero muy peligrosa: “Una persona se sienta a comer y ve la televisión: en la pantalla torbellinos de tierra saltan por los aires, corte, orugas de un tanque en marcha, corte, soldados cayendo y retorciéndose de dolor, y el espectador tuerce el gesto y maldice furioso porque, distraído, ha puesto demasiada sal en la sopa.” La escuela que dejó Ryszard Kapuscinski México pretendía combatir aquella apatía de maneras activas. “Somos como corresponsales de guerra en nuestra tierra y hay una urgencia de que los demás se salven y de que el silencio no avance. Una lucha contra el silencio”, sentencia Marcela Turati.
Los textos de Kapuscinski pueden leerse esta tarde como si hubiesen sido escritos en las fauces de una guerra esta mañana. Escribía como a sabiendas de que la realidad es cíclica, acaso perenne. Como si la historia no avanzara. José María Pérez Gay dijo una vez que el periodista “puede y debe ser el escritor del siglo. La verdadera actualidad no se limita a 24 horas, no se circunscribe al día sino al tiempo. No entiendo por qué un fino sentido del presente debe impedir la eternidad”. “El polaco” —como lo llamaban sus vecinos en México— mucho sabía de esto." https://t.cn/R2WxsX5
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